viernes, 27 de septiembre de 2013

El Deshielo

La sangre sobre la nieve es más roja. Sobre todo, tras el deshielo, en la cercanía de la primavera. La mancha se extiende más, más y más, hasta que termina por coagularse y oscurecerse de nuevo. Un aura granate se retuerce alrededor el cadáver, hasta donde se desangró cuando la mataron.

El asesino ni se molestó en llevarse el arma homicida. Sabía que el frío escondería las huellas, sin dejar rastro de ellas. Supo en su momento que hasta pasados tres meses no hallarían a la víctima. Impoluta estaba, en todo su ser, debido a la congelación.

Él fue el primero. Hubiera sido un crimen perfecto, excepto por un detalle. Nadie encontró el cuerpo antes, ni conocía el lugar en que se hallaba. Sólo el asesino estaba ahora recogiendo lo que esa noche olvidó. Tuvo que esperar al deshielo para ver donde la había dejado y ahora tocaba enterrarla en un lugar seguro.

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