viernes, 27 de septiembre de 2013

Visita al Cementerio (Publicado 29-06-2007)

Intento no dejarme vencer. Debo llegar y ser alguien más dentro. Llegar al cementerio y hacer frente a mis andanzas. No me atrevo a hacerlo de día. Podría encontrarme de nuevo con mis familiares, de volver a recordar pasados que no quiero.

Un día salí del pueblo, sin ninguna esperanza de volver. Siempre hay algo que recuerda tu pasado, que te atrae a ese lugar. El descanso eterno de mi padre es el que me hace volver sin remisión. Debo despedirme de él, ya que no pude hacerlo a la cara.

Tengo miedo a la oscuridad, el cementerio está por un camino inhóspito, sin luz que lo proteja. Otro temor al que vencer. Esto no lo haría por cualquier otra persona. Debo dejar las flores en su tumba.

He llegado y busco cual puede ser. La luna nueva me impide hacerlo. Pero hay que seguir buscando. Ensimismada y poco entusiasmada. El estómago tiene un nudo que me impide agachar.

Doy un brinco cuando algo toca mi espalda. Es una mano. Me doy la vuelta y...

- ¿Mamá?
- Sabía que tarde o temprano vendrías. Te tenía que esperar.
- Pero nunca estarías despierta a estas horas.
- Nunca es tarde, ¿verdad? Además, tú tampoco. Es la tercera empezando por la izquierda.
- Pero...
- Adiós, cariño...
Me encamino hacia la tumba indicada por mi madre. Me agacho como puedo, toco la inscripción en relieve de la tumba. Sí, está el nombre de mi padre. Pero hay algo más. También el nombre de mi madre, y una talla que dice que murió dos años antes que él. Yo no lo sabía, y no he tenido tiempo de despedirme también de ella. Sin embargo, ella sí lo ha hecho. Me esperó. Sólo puedo llorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario